Las personas cuentan con mecanismos para adaptarse a las bajas temperaturas, pero la respuesta depende mucho de los factores personales, las condiciones externas y del deporte practicado
La práctica de ejercicio hay que cuantificarla en volumen, que es la cantidad; en intensidad, el grado del esfuerzo que conlleva; y la frecuencia, el número de veces que se realiza
La severidad de las condiciones ambientales para nuestro cuerpo está en función principalmente de la temperatura, la humedad relativa y la velocidad del aire